martes, 6 de octubre de 2009

SOY HIJO DE UN PASTOR...


Veamos 1ª Timoteo 3:4-5. Aquí nos encontramos con hermanos que tienen un cargo en la iglesia, sea de diaconado, sea en el ministerio.

Aquí una demanda para esos padres: "Que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad. (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?)".

¡Esto tienes que saberlo! ¡Un hijo de un pastor tiene que madurar antes que los que no tienen al Señor! Va a llegar el día en que ustedes van a ser papás y mamás, y ustedes tienen que saber desde ya que tienen que saber gobernar bien a sus hijos, tenerlos en sujeción, porque si no, no van a poder servir bien al Señor.

Veamos Tito 1:5: "Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé; el que fuere irreprensible, marido de una sola mujer, y tenga hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni de rebeldía."

¡Qué honra para un padre es tener hijos creyentes! ¡Qué desgracia para un padre en la iglesia es tener hijos que estén acusados de disolución o de rebeldía! Un hijo disoluto es un hijo que no se sujeta a nada, que es dado a vicios, que anda suelto, que no respeta nada ni a nadie, y que avergüenza a sus padres.

Como hijo de pastor, tú tienes que saber esto: "¡Tú puedes hacer fracasar a tu papá!".

Voy a ser más incisivo todavía. Supongamos que un cristiano tiene gracia del Señor y quiere servirle. Que tiene dones y tiene un ministerio. Y su hijita se le embaraza ... Hasta ahí llegó. ¡¿Cómo sirve, cómo predica, con qué respaldo?! Si no fue posible que cuidara a su propia hija, ¿cómo va a cuidar de la iglesia de Dios? ¡Queda descalificado! ¡Y se pierde un siervo de Dios!

Tu padre y tu madre querrán servir en la iglesia. Ellos aman al Señor. Pero, por causa de la rebeldía de sus hijos ..., por tu desobediencia, por tu pecado, por tu culpa ... ¡Oh, que el Señor te libre de ser tropiezo para el servicio de tus padres!

El Señor quiere librarte de eso. Si tú quieres escuchar la voz del Señor, querido joven, el Señor te dice: "Yo te quiero librar del mayor cargo de conciencia de tu vida. No hagas fracasar a tu padre. Porque si tu padre tiene hijos que están acusados de disolución o de rebeldía, si sus hijos no están sujetos, él no puede servir. No puede acompañar a los hermanos, no puede salir a la obra. No puede predicar el evangelio, no se pueden salvar otras almas a través de él. Y tú eres la piedra de tropiezo. Hermano joven, que el Señor te guarde.

0 comentarios:

Publicar un comentario